Un hombre camina siete kilómetros para comprar café para el desayuno y vuelve sin café, pero con veinticinco metros de soga. Un joven hace llorar a los clientes de la panadería del pueblo cuando cuenta Algo para recordar. Dos mujeres persiguen a Serrat por las calles de Buenos Aires para confesarle su amor (una de ellas ya le ha hecho un comentario al perro del cantante). Y un niño se entretiene por las tardes decapitando las flores de los vecinos con una lata de dulce de batata La Gioconda.Estas son algunas de las historias que cuenta Ana María Bovo en su último espectáculo. A la narradora le basta con su voz para llevarnos de visita a cada uno de los mundos que narra: la palabra es el estímulo para que cada uno ponga a andar la máquina de imágenes que lleva en los ojos. Ese es el fenómeno fundante de la narración oral, que Bovo maneja con precisión. Décadas atrás, la actriz consolidó un estilo que contribuyó a que el público adulto se acercara al género. Humor Bovo es una antología de las historias más exitosas y recordadas de la artista, que cuenta con un público fiel que siempre está dispuesto a escuchar.